El inicio de las hostilidades activas y de las maniobras de las Fuerzas de Defensa en el frente sur en junio de este año marcó el comienzo de la fase activa de la ofensiva ucraniana.

Ahora es posible sacar conclusiones bastante transparentes de que el mando ucraniano ha dado prioridad a los avances mecanizados rápidos por parte de unidades bien equipadas con blindados occidentales. Por ejemplo, lo hemos visto aplicado en las operaciones de la 47ª Brigada Magura con el uso masivo de vehículos de combate de infantería Bradley y tanques Leopard 2 para atravesar rápidamente la “zona gris” y las posiciones avanzadas de las Fuerzas Armadas rusas.

La operación se complicó por la necesidad de llevarla a cabo en poco tiempo debido a la escasez de recursos, sobre todo de munición de artillería, cuyo consumo es mucho mayor que en defensa.

El resultado esperado de tales asaltos era romper las líneas defensivas del enemigo, ganar espacio operativo y romper la retaguardia. Presumiblemente, para estos fines se mantenían en reserva unidades equipadas con material de gran movilidad, como los vehículos blindados de transporte de tropas Stryker.

Al romper las defensas y llegar a Melitopol, las tropas ucranianas habrían cortado el paso a la logística rusa, que en su mayor parte procedía de Crimea. Sin embargo, la apuesta no cumplió su papel: las fuerzas de avance del 9º Cuerpo de Ejército de las Fuerzas Armadas de Ucrania quedaron empantanadas en las defensas profundamente escalonadas de los ocupantes rusos, lo que anuló las expectativas de un avance rápido.

Durante el período de hostilidades de baja intensidad en Zaporizhzhia, entre septiembre y abril de este año, el enemigo logró construir una poderosa línea de defensa escalonada a lo largo de la línea del frente con fortificaciones, barreras de ingeniería y la infraestructura pertinente. Cabe destacar la densidad de los campos de minas antitanque y antipersona, que en algunos lugares se extienden a lo largo de kilómetros y cubren hectáreas.

También hay que señalar que el mando ruso evaluó correctamente las direcciones principales de la ofensiva del ejército ucraniano y construyó su defensa en consecuencia.

Así, el ataque principal se produjo en dirección Tokmak-Melitopol. Su objetivo era dividir el 58º Ejército de Armas Combinadas ruso en dos partes y alcanzar Melitopol. Para detener el posible avance de las tropas ucranianas, los ocupantes establecieron tres líneas de defensa.

Paralelamente al ataque principal, se lanzó un ataque concurrente en la dirección de Kamianka-Mariupol, donde los rusos establecieron dos líneas de defensa. Las posiciones en esta zona están ocupadas por el 35º Ejército de Armas Combinadas y unidades del 5º Ejército de la Federación Rusa.

El mando ruso consideró poco prometedora la zona entre Velyka Novosilka y Vuhledar. Hay un único escalón de defensa con fortificaciones esporádicas ocupado por los Ejércitos 8º y 36º de la Federación Rusa, así como por unidades del 29º Ejército.

La parte rusa también provocó un desastre artificial al volar la presa de Kajovka. El resultado de esta decisión, además de numerosas víctimas civiles, fue la reducción de la amenaza potencial de cruce del río y la creación de una cabeza de puente por parte de las fuerzas ucranianas en la orilla izquierda del Dnipro.

Asentamientos como Tokmak y Kamianka fueron preparados para una defensa circular en caso de cerco. Desempeñan un papel importante, ya que por ellas pasan dos de las tres autopistas disponibles que conducen a la retaguardia hasta la costa del mar de Azov.

Cambios De Táctica

Tras los infructuosos intentos de avance mecanizado, repetidamente frustrados por el estancamiento de los vehículos en los campos de minas y por el fuego de aviación y artillería sobre las columnas en marcha, el mando militar ucraniano suspendió todas las operaciones a mediados de junio. La ofensiva ha pasado a una estrategia a largo plazo con un cambio en el calendario estimado hasta otoño de 2023.

Según la información disponible, las Fuerzas de Defensa se centraron en tácticas de avance de pequeños grupos de infantería en el campo de batalla. Este enfoque les permitió ahorrar equipos escasos y desplegar fuerzas de forma más eficiente. Sin embargo, así se requiere bastante más tiempo y recursos.

Las tácticas de los grupos de infantería son susceptibles al fuego de artillería enemigo. Para contrarrestar este último factor, las Fuerzas Armadas ucranianas lanzaron una campaña activa contra la artillería con el uso de obuses occidentales de largo alcance y proyectiles de artillería de precisión, así como MLRS occidentales con misiles GMLRS.

Las reservas acumuladas de munición corregida se utilizaron no sólo contra almacenes y concentraciones de personal, sino también contra piezas de artillería individuales. Es ilustrativo el incidente del 14 de junio en la dirección de Velyka Novosilka, cuando una unidad ucraniana del sistema de misiles HIMARS destruyó a la vez seis obuses autopropulsados rusos Msta-S (1-2, 3-6), dejando así a las fuerzas rusas sin apoyo de fuego.

Así, según los analistas OSINT del equipo Oryx, que calculan la pérdida de equipos basándose en pruebas fotográficas y de vídeo disponibles públicamente, desde junio de 2023 hasta el 5 de agosto, las fuerzas ucranianas destruyeron 109 piezas de artillería. La lista incluye sistemas autopropulsados y remolcados, de los cuales Rusia perdió 42 sistemas de artillería en junio, 60 en julio y 7 en agosto.

La principal metamorfosis, sin embargo, fue obviamente la decisión del Estado Mayor ucraniano de empezar a jugar a largo plazo y dedicarse a la llamada “supresión logística” de las tropas rusas. Las fuerzas de defensa empezaron a destruir sistemáticamente infraestructuras, rutas de suministro de refuerzos y depósitos de munición en los territorios ocupados.

Ahogar La Logística Rusa

El primer ataque contra la infraestructura logística de las fuerzas de ocupación de la Federación Rusa en el sur de Ucrania fue la destrucción de un gran depósito de municiones de artillería cerca de la aldea de Rykovo, en la región de Jerson, el 18 de junio.

El depósito estaba situado en el emplazamiento de un antiguo elevador de grano, convenientemente ubicado cerca de un nudo ferroviario. Este último es la única línea ferroviaria que conecta Ucrania continental con Crimea.

Los ferrocarriles desempeñan un papel importante en la logística de los rusos, ya que transportan la mayor parte del material, la munición y otros equipos.

Hasta la fecha, la ruta ferroviaria de apoyo a las fuerzas de ocupación en el sur discurre, curiosamente, desde el territorio de Krasnodar a través de Crimea, y desde allí hasta Jas regiones de Jerson y Zaporizhzhia. Un “gancho” tan grande se debe a que el único atajo a través de la región ocupada de Donetsk pasa por el asentamiento de Volnovakha, que se encuentra a 20 kilómetros de la línea del frente, es decir, en la zona de alcance de la artillería de cañón.

Sin el ferrocarril, toda la carga del suministro de vehículos blindados, combustible y grandes volúmenes de munición de artillería se transferirá a la red logística de carreteras, que es físicamente incapaz de satisfacer todas las necesidades debido a la limitada flota de camiones, y remolques cisterna.

Al parecer, basándose en esta debilidad, los militares ucranianos empezaron a atacar los puentes. Por ejemplo, el 29 de julio, la aviación ucraniana atacó el puente ferroviario de Chongar con misiles de crucero Storm Shadow. Se trata del único puente ferroviario que conecta la Crimea ocupada con Ucrania continental.

Además de las líneas ferroviarias, las Fuerzas de Defensa también empezaron a destruir metódicamente la infraestructura viaria de los ocupantes. Por ejemplo, el 22 de junio, bombarderos ucranianos atacaron el puente de carretera de Chongar con misiles de crucero.

En la noche del 17 de julio, drones navales ucranianos destruyeron una de las secciones del puente de Crimea, deteniendo así el tráfico en una de las dos rutas.

El 6 de agosto, la aviación ucraniana atacó de nuevo el puente de carretera de Chongar y golpeó con éxito el puente de Genichesk.

Además de las rutas por carretera a través de Chongar y Henichesk, el otro corredor terrestre para los ocupantes desde Crimea es el que pasa por Armyansk. El problema de esta ruta, aparentemente a prueba de ataques aéreos, es su proximidad a la región de Jerson, en la margen derecha, que está dentro del alcance de los sistemas de misiles HIMARS.

En términos de transporte por carretera, Crimea también desempeña el papel de un potente centro logístico con una infraestructura bien desarrollada para almacenar combustible y municiones, y es una zona relativamente segura para el entrenamiento y las rotaciones de personal. El transporte de mercancías desde la península hasta Melitopol es mucho más rápido que una ruta similar desde por ejemplo Rostov.

Además, las rutas a través de Crimea eran, hasta hace poco, mucho más seguras que las que atravesaban los territorios ocupados en 2022.

Los puertos de Berdiansk y Mariupol siguen siendo el tercer y último nodo de transporte del sur ocupado de Ucrania para conectar con Rusia. Los puertos y las infraestructuras adyacentes son blanco periódico de misiles de crucero, lo que debería dificultar el transporte de mercancías por mar.

Un problema adicional para la cadena de suministro de la agrupación rusa fue causado también por el reciente ataque de drones navales al buque de asalto anfibio ruso Olenegorskiy Gornyak. El buque fue arrastrado a puerto semihundido y probablemente se tardará meses en repararlo. Se sabe que el buque de desembarco se utilizaba como transbordador entre Crimea y Rusia para aliviar el tráfico a través del puente de Crimea.

Perspectivas

La táctica de “supresión logística” de las tropas rusas con ataques a los pasos que constituyen cuellos de botella recuerda a la operación del año pasado para desocupar la región de la margen derecha de Jerson. Sin embargo, los objetivos de estas acciones son significativamente diferentes. Mientras que el año pasado el objetivo de los ataques a la logística y la presión constante era forzar la retirada de las tropas rusas más allá del Dnipro, esta vez el objetivo puede ser igualar las fuerzas en una guerra de desgaste.

Al parecer, tras haber cambiado de estrategia, el Estado Mayor ucraniano confía ahora en eliminar la artillería, los depósitos de municiones y destruir las rutas de suministro para debilitar a las tropas rusas en el frente y facilitar así el avance de la infantería.

La cuestión del agotamiento de los arsenales de armas ucranianos sigue abierta. Para desocupar con éxito los territorios ocupados, el mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania debe encontrar un equilibrio entre el calendario de la ofensiva y el comienzo del agotamiento de sus propios arsenales de munición de artillería, armas de precisión y misiles de largo alcance.