Suecia ha recibido el consentimiento de dos Estados miembros clave de la alianza de defensa para ingresar en la OTAN.

De ello informa Bloomberg.

Tras la invasión y ocupación a gran escala de tierras ucranianas por parte de Rusia, Suecia y Finlandia solicitaron conjuntamente el ingreso en la OTAN el pasado mes de mayo.

Sin embargo, a diferencia de su vecino, la adhesión de Suecia fue espinosa debido a los bloqueos de Hungría y Turquía. Esta última, en particular, exigió la extradición de representantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que las autoridades turcas consideran una organización terrorista y amenaza a las instituciones del Estado.

La situación cambió unas horas antes del inicio de la cumbre de la OTAN en Vilna, el lunes 10 de julio, cuando Turquía accedió a dejar de bloquear la solicitud de Suecia de ingresar en la alianza de defensa.

La razón del cambio en la política de Turquía hacia Suecia se debió al acuerdo de la UE de reanudar las negociaciones sobre la adhesión de Turquía a la alianza y a la relajación de las sanciones de Estados Unidos sobre la venta de tecnología militar.

El martes 11 de julio, el presidente estadounidense Joe Biden tiene previsto reunirse con el presidente turco Erdogan para tratar la solicitud de Turquía de adquirir cazas F-16 estadounidenses, así como otras armas.

El Ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, vinculó estrechamente el apoyo de su país a la adhesión de Suecia a la alianza militar con la posición de Turquía.

Ahora que Turquía ha dado su visto bueno, Sijjarto ha confirmado que su país apoyará la adhesión de Suecia a la OTAN, y que ésta es una “cuestión puramente técnica” que se cerrará más adelante debido al largo proceso de ratificación en el Parlamento.

La adhesión de Finlandia, seguida de Suecia, a la OTAN amplía globalmente el flanco norte de la Alianza y constituye uno de los cambios más significativos en el panorama de la estrategia de seguridad europea.

La política expansionista de Rusia y la invasión de Ucrania fueron las causas de esta evolución, así como otros procesos en el seno de la Alianza encaminados a reforzar las capacidades de defensa, como el aumento del gasto en defensa en Alemania y Francia, y los planes para reintroducir el servicio militar obligatorio en este último país.