Rusia dispone de al menos 585 misiles balísticos y de crucero con un alcance de 500 kilómetros o más.
De ello ha informado el jefe adjunto de la Directorio Principal de Inteligencia, general-mayor Vadym Skibitskyi, en el marco de una entrevista concedida a RBC-Ukraine.
Según él, la Directorio Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa vigila de cerca todo lo relacionado con la producción y el almacenamiento de misiles en Rusia.
“Si hablamos de misiles balísticos y de crucero Iskander, según nuestros datos, hay unos 270 en la actualidad. El arsenal de Kalibr es de unos 140 misiles. Tienen menos Kh-101, mientras que el número total de Kh-101, Kh-555 y Kh-55 con ojivas es de unos 100 misiles, según nuestras estimaciones“, dijo Skibitsky.
El representante del ministerio declaró asimismo que el arsenal ruso podría incluir también unos 75 misiles de defensa antiaérea Kinzhal.
Skibitsky señaló que el uso de misiles de crucero Kh-101 por parte de la aviación estratégica rusa se encuentra actualmente en mínimos en comparación con el ritmo del año pasado.
“Según los planes, los rusos pueden producir unos 40 misiles Kh-101 al mes, pero ya sabemos que estos planes no se están cumpliendo. Esto se debe principalmente a la escasez de componentes extranjeros.
El segundo factor es que Rusia está tratando de acumular reservas de estos misiles, que se consideran más precisos y eficaces en comparación, por ejemplo, con los misiles de crucero X-555, X-22 o incluso Kalibr, que derribamos con éxito“, explicó Skibitsky.
El misil de crucero X-101 sigue siendo una de las armas más avanzadas del arsenal actual de las Fuerzas Armadas rusas. Está diseñado con tecnologías furtivas para aumentar la capacidad de penetración en los sistemas de defensa antiaérea enemigos.
Una ventaja importante del X-101 es el uso de un sofisticado sistema de guiado que incluye un sistema inercial con corrección de señal de satélite, un sistema de verificación visual de la trayectoria de vuelo a través de un canal óptico con un mapa predefinido, y guiado en el segmento final de vuelo a través de un radar o canal óptico.
Este complejo de sistemas permite al misil alcanzar con fiabilidad objetivos a varios miles de kilómetros de distancia con una posible desviación circular de 7 metros, según el fabricante.
Para aumentar las posibilidades de ruptura de las defensas aéreas ucranianas, los rusos también pueden utilizar señuelos en forma de misiles de crucero con ojivas no explosivas.
Por ejemplo, a finales del año pasado, Rusia empezó a utilizar misiles Kh-55 anticuados diseñados originalmente para lanzar cabezas nucleares con una ojiva masiva para distraer a los sistemas antiaéreos ucranianos y descargar su munición. Una vez derribados, los rusos planean utilizar otros misiles listos para el combate para rellenar los “huecos” abiertos.
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