Soldados de la 47ª Brigada Separada Mecanizada “Magura” destruyeron un tanque ruso T-90M en Zaporizhzhia.

El vídeo fue publicado en las redes sociales.

El vehículo de combate ruso fue alcanzado por la artillería de la brigada, presumiblemente por obuses autopropulsados M109A6. Para el ataque se utilizaron proyectiles de racimo de alta precisión BONUS/SMArt 155.

El vídeo muestra el impacto de una de las dos submuniciones en el tanque, seguido de un incendio en el compartimento de combate. El comandante del carro pudo salir de él, pero sufrió quemaduras importantes.

Detrás del vehículo se puede ver un gran número de palés de munición de tanque. Esto indica que la tripulación del tanque disparó toda su munición sin cambiar de posición.

Esta táctica desenfadada ayudó a los militares ucranianos al dar tiempo a los UAV de reconocimiento y a la artillería para hacer su trabajo.

Según algunos informes, el T-90M fue destruido en la retaguardia de las tropas rusas cerca de la aldea de Solodka Balka. Esta posición se encuentra a 7 kilómetros de la línea de contacto, cerca de la localidad de Robotyne.

La ubicación y las tácticas de la tripulación sugieren que el tanque fue utilizado como pieza de artillería para disparar desde posiciones cerradas. Esto puede deberse a la escasez de munición de 122 mm y 152 mm en las Fuerzas Armadas rusas.

A fecha de hoy, según los OSINT-analistas de Oryx, se ha confirmado la pérdida de 23 tanques T-90M por parte del ejército ruso. Este carro se convertirá en el 24º de la lista.

SMArt 155

SMArt 155 es una munición de artillería de fragmentación de 155 mm diseñada por la empresa alemana Diehl Defense. La munición está diseñada para efectuar ataques de alta precisión contra vehículos blindados y alcanzarlos con submuniciones en la parte superior del casco.

El proyectil se dispara a unas coordenadas determinadas. Lleva dos submuniciones distintas, que se separan después de que el proyectil explote a cierta altura sobre el objetivo y descienden en paracaídas para encontrar su blanco.

Cada submunición está equipada con un sistema de localización individual que combina sensores de radar e infrarrojos. Una vez identificado el objetivo, la submunición detona y dispara una ojiva que impacta contra el vehículo desde arriba.