Estados Unidos ha enviado sus cazas F-16 a Rumanía para reforzar la vigilancia aérea de la OTAN en la región del Mar Negro.
Así lo informó el servicio de prensa de la Alianza del Atlántico Norte.
Esto ocurrió después de que recientemente se encontraran en Rumanía restos de aviones no tripulados rusos.
Cuatro cazas F-16 de la Fuerza Aérea estadounidense llegaron el 22 de septiembre a una base aérea cerca de la ciudad rumana de Făteşti.
Dylan White, el portavoz en funciones de la OTAN, declaró al respecto: “acojo con satisfacción el despliegue por parte de Estados Unidos de aviones de combate F-16 adicionales para la misión de policía aérea de la OTAN en Rumanía“.
Según él, “esto envía un mensaje claro de que defenderemos a todos y cada uno de nuestros aliados”.
“Mientras Rusia continúa su brutal guerra de agresión contra Ucrania, hemos visto una serie de ataques contra infraestructuras ucranianas muy cerca del territorio de la OTAN. Permanecemos vigilantes y en estrecho contacto con los Aliados en la región“, añadió el portavoz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Recordemos a este respecto que, Rumanía ha registrado recientemente varios incidentes de drones estrellados durante ataques rusos en el sur de Ucrania.
Anteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania había informado de que, durante el bombardeo ruso de infraestructuras portuarias en el Danubio en la noche del lunes 4 de septiembre, drones rusos Shahed se estrellaron y explotaron en la vecina Rumanía.
En un primer momento, el Ministerio de Defensa rumano no confirmó esta información. De hecho, el país negó el incidente. Sólo unos días después, el Ministro de Defensa rumano admitió por primera vez que se habían encontrado fragmentos similares a restos de drones en las orillas del Danubio, en el lado rumano. Los fragmentos se encontraron cerca del pueblo de Plauru, en el condado de Tulcea, frente al Izmail ucraniano.
El 13 de septiembre, Rumanía descubrió en su territorio nuevos restos, presuntamente de drones rusos. Los restos, dispersos varias decenas de metros, fueron hallados cerca de las localidades de Nuferu y Victoria, en el condado de Tulcea.
Rumanía también construyó refugios para los civiles que viven en asentamientos cercanos a la frontera ucraniana, a orillas del Danubio.
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