Los ataques con drones navales de los días 4 y 5 de agosto en los accesos al estrecho de Kerch y Novorossiysk demostraron la capacidad de Ucrania para proyectar fuerza militar en el Mar Negro oriental y central (400 millas/740 km). Esto priva a nuestro adversario de al menos un punto de apoyo seguro en el Mar Negro (que era Novorossiysk).

Pero la amenaza de ataques con misiles desde el mar por buques de superficie y submarinos enemigos sigue siendo alta. Es de suponer que continúa la acumulación de misiles, incluso para ataques contra nuestro sector energético.

Algunas reflexiones sobre el futuro desarrollo de nuestras capacidades de ataque desde el mar a continuación:

El dron no puede maniobrar con seguridad cerca de un buque de guerra equipado con medios de defensa en servicio activo (esto se ha observado recientemente).

Es difícil utilizar el dron contra un objetivo maniobrable. Un dron puede cubrir una distancia de 600 km en 10-12 horas. Durante este tiempo, un buque de guerra puede alejarse mucho o entrar en una base protegida.

El guiado gracias al sensor del dron funciona bien (el mismo principio se utilizó para guiar los primeros misiles soviéticos, llamados TU-2), pero el canal de transmisión puede ser suprimido por la guerra electrónica; es menester recordar eso.

Un ataque con misiles antibuque a 600 km de nuestra base puede ejecutarse maniobrando con una lancha misilera con entre uno 1 y 8 misiles hasta una posición de disparo en el mar. Luego es posible disparar a máxima distancia (la probabilidad de destruir un buque de guerra aumentará significativamente, el misil vuela 200 km en 6 minutos, y es un objetivo más difícil de contrarrestar).

Además, si Estados Unidos ha montado dos misiles NSM en un vehículo no tripulado como parte del programa NMESIS, también es posible hacerlo en una pequeña embarcación no tripulada. El factor de los ataques por sorpresa o “emboscadas” en las salidas de de base suele aumentar la eficacia de los drones.

En conclusión, a combinación de drones de ataque (contra objetivos estáticos o de movimiento relativamente lento) con lanchas misileras de 30-300 toneladas (incluidas las no tripuladas) parece ser una opción para disuadir al enemigo dentro de los mares Negro y de Azov.