Rusia ha organizado la compra y el suministro de componentes extranjeros para su complejo militar-industrial.

Entre ellos figuran componentes electrónicos fabricados por grandes empresas occidentales.

Estos componentes se suministran a través de terceros países.

De ello informa Babel, citando el informe del Grupo de Trabajo Internacional Ermak-McFall, que está elaborando recomendaciones de sanciones contra Rusia.

Las armas y equipos rusos utilizados por los invasores en la guerra contra Ucrania incluyen 1.057 componentes extranjeros fabricados por 155 empresas, incluidas las de los aliados de Ucrania, entre ellos Estados Unidos.

Según la investigación, la industria de defensa rusa utiliza componentes críticos fabricados en el extranjero en los siguientes sistemas:

• misiles de crucero Iskander-K y Kalibr;
• drones aéreos (Orlan y Corsair);
• vehículos blindados
• artillería;
• tanques T-72 modernizados
• munición para cohetes Tornado-G MLRS;
• vehículos Typhoon-K;
• helicópteros;
• estaciones de guerra electrónica.

Los componentes críticos incluyen microcircuitos, microprocesadores, transistores, dispositivos de memoria, reguladores de tensión, condensadores, transistores, etc.

La mayoría de los componentes son producidos por las empresas estadounidenses Analog Devices, Texas Instruments, Microchip Technology, Intel Corporation, AMD, la alemana Infineon Technologies y la coreana Samsung.

En 2022, las exportaciones de componentes críticos de Estados Unidos a Rusia fabricados por Intel Corporation superaron los 700 millones de dólares (antes la cifra ascendía a 500 millones).

A pesar de las sanciones impuestas por los países occidentales, las importaciones de estos componentes no han cesado. Rusia importa casi todos estos productos electrónicos a través de países que no le han impuesto sanciones.

Estos productos proceden principalmente de China, pero una pequeña parte de los vendedores también se encuentran en la Unión Europea, Corea del Sur, Vietnam y Turquía.

El documento señala que en 2022, Rusia compró componentes extranjeros tan significativos por valor de 2.900 millones de dólares.